Lo primero que debemos saber es que el mantenimiento suele ser mínimo, no quiere decir que no lo tenga, pues hasta las cajas más simples lo necesitan, pero cierto es que con unos simples cuidados bastaría para conservarla muchos años.
Al comprar una caja de música nos podemos encontrar que de primeras no funcione el mecanismo al dar cuerda, no hay que alarmarse, esto suele pasar debido a que lleva un tiempo sin usarse y simplemente esta algo atascado. Si tiene acceso al cilindro empújelo un poco ayudándolo a girar, con esto bastaría para que empezase el movimiento. Si, por el contrario, el mecanismo no es accesible, gire en sentido contario la mariposa con la que se le da cuerda, le daría un pequeño impulso y sería suficiente para ayudar al conjunto a moverse.
Si a pesar de estos consejos sigue sin funcionar, póngase en contacto con el distribuidor porque es posible que tenga algún defecto de fabricación o similar.
Evite golpes y caídas, podría hacer que su reparación fuese muy costosa e incluso inviable en algunos casos.
Lo normal es, que con el paso del tiempo se acumule suciedad en las zonas giratorias y de apoyo, esto podría hacer que su velocidad disminuyese y que se atasque el mecanismo, o incluso llegue a detenerse.
Cómo se de hacer la limpieza y engrase de su caja de música
Para la correcta limpieza del mecanismo, es preciso disponer de un buen aceite de reloj, disolvente y un trocito de tela junto con un palillo de dientes y también necesitaremos aire a presión. Nunca use algodón o similar, pues se quedarán trozos pequeños de los mismos adheridos al mecanismo, los cuales resultarán difíciles de quitar. No use disolventes aromáticos o que dejen residuos y tampoco lubricantes pulverizados.
Localizar los puntos que precisan limpieza, usar unas pinzas o el palillo para llevarla a cabo con sumo cuidado.
Después aplicar un poco de disolvente, si es en forma de gotas con un par bastaría. Este debe tener una boquilla o algo parecido que nos permita aplicarlo en el punto exacto, evite pulverizar la zona, pues lo más normal es que las piezas cercanas también se vean afectadas y sería perjudicial para el buen funcionamiento y estética del conjunto. Dejar que actúe y seque el disolvente y repetir el proceso tantas veces como sea necesario.
Usar el aire a presión para dejar libre de impurezas las zonas trabajadas. Si no disponemos de un compresor de aire, bastaría con un simple soplador y, por último, con todo seco aplicaremos el aceite. Con una gotita en cada punto sería suficiente. Retirar el exceso, que lo normal es que se extienda alrededor de la zona aplicada, para ello usaremos el palillo dentro del trocito de tela, absorberá lo que sobre y limpiará la zona.